Este es el estado en el que encontré la mesa dentro del contenedor. La verdad es que como casi todo lo que se encuentra sucio y desprolijo, no producía mucha ilusión, amén del hecho de que se trata de un mueble de materiales y factura modestos, pero no estaba rota y no se encontraba afectada por carcoma, lo que es un buen comienzo; así pues, con un lavado de cara y algo de make-up seguramente se encontraría mejor; de hecho, a un mueble económico se le puede dar un toque de lujo con poco dinero.
Para comenzar un lijado en toda la superficie, sin eliminar pintura, pero igualando todo.
Luego, se pintó con esmalte sintético satinado blanco con un poco de amarillo medio y gotas de verde.
Se lijó el fondo con lija 100, para volver a igualar la superficie y dejarla sin posibles asperezas, grumos y demás.
Luego se aplicaron dos manos de un color mas o menos rosa.
Mientras está fresco, se elimina pintura con el dedo envuelto en un trapo, para formar "ojos" y vetas de acuerdo con el tipo de marmol que se desea imitar, en este caso Valencia rosado.
A continuación se tampona en color tostado, puede ser con un trapo, o como en este caso, con una bolsa de plástico.
Se suaviza en caso necesario, con un trapo.
Dejando secar, el resultado sería mas o menos este.
Luego, con una pluma de ave o pincel fino, se dibujan las aguas del marmol.
A continuación, se barniza.
Aquí ya está la mesa bastante adelantada. Ya se barnizó el tablero, se aplicó betún de Judea al resto de la estructura, se lijó sobre la aplicación de betún para que el "rayado" descubra el color de fondo, y se doraron los extremos de las patas y el rebaje bajo el tablero.
La mesa, a la espera de los últimos retoques, ya está en su lugar, lista para empezar una nueva vida.